LA REVOLUCIÓN INTELECTUAL ESTÁ EN INTERNET

11.02.2022

'I believe the future of learning and education is the internet. People can answer back and interact. In a way, the internet connects us all together like the neurons in a giant brain. And with such an IQ, what cannot we be capable of?'*

Stephen W. Hawking

En la segunda década del siglo presente (2010-2020), YouTube se convirtió en la plataforma por excelencia para subir videos de la más diversa índole, entre ellos clases. Sí, como usted lee. Clases. Basta con que un profesor escolar o universitario se pare frente a una cámara y empiece a hablar para que obtenga como resultado una clase grabada, que puede tener excelente calidad de imagen y audio, que puede reproducir, adelantando y retrocediendo como le plazca, y que para remate queda para la posteridad, a menos que el autor la elimine. Esta tecnología que ya no nos parece revolucionaria, sino que cuestión del día a día -basta ver las estadísticas de cuántas horas se reproducen a diario en YouTube: más de 100.000 millones de horas de video-, se convirtió, a paso lento pero seguro, en la base de una modalidad de educación a distancia llamada MOOC: Massive Open Online Course, es decir, cursos de aprendizaje en línea, disponibles para cualquier persona que quiera inscribirse en ellos. No son un reemplazo del currículum escolar o universitario, toda vez que, no obstante suelen existir en ellos evaluaciones, no tienen estas como propósito certificar que el alumno haya integrado los conocimientos -no hay cómo probar que el alumno respondió sin copiar o buscando información externa-, sino más bien mantener su atención y ayudar a la comprensión de lo que se va explicando. En síntesis un MOOC es un conjunto de clases pre grabadas que se agrupan en un plan sugerido de estudio: por ejemplo, meses, semanas o días, con evaluaciones entre medio -suelen ser preguntas de selección múltiple o escritura de ensayos breves que normalmente son revisados por sus propios compañeros: peer review- y con la posibilidad de interactuar con los demás estudiantes y profesores a través de foros.

¿Vale la pena perder el tiempo en estos cursos? Yo respondería a esta pregunta con otra pregunta: ¿Vale la pena perder el tiempo leyendo un libro? Porque eso son, en principio, estos llamados MOOCs: libros digitales, pero evolucionados. Como escritor, estoy fascinado con los MOOCs. Han significado una nueva fuente de inspiración y conocimientos para lanzarme a escribir con muchas ganas. Ayudan de manera significativa a evitar lagunas mentales y a aprender cosas de la más diversa índole, de la boca de increíbles maestros universitarios y toda otra clase de profesionales. A diferencia de un libro, un curso virtual masivo no solo incluye la información que usted podría encontrar en un medio escrito, sino que le da la posibilidad de interactuar con otros e ir respondiendo preguntas para ayudarle a entender lo que se va explicando. Al igual que un libro, hay una historia que se va contando, alguien que la va contando y que cualquiera puede adquirir.

¿Por qué un MOOC no se aloja en YouTube? He dicho que la base de estos cursos yace en clases pre grabadas. ¿Por qué, entonces, no solemos encontrarlos en YouTube? Hay varias razones, entre ellas las siguientes:

  1. Porque YouTube le permite alojar las clases e incluso interactuar con quienes las ven por medio de los comentarios, pero su interfaz no está diseñada para ir respondiendo preguntas o desarrollando actividades, que son parte del punto central que diferencia a un MOOC de un libro o una simple secuencia de videos educativos.
  2. Porque la preparación de un MOOC lleva tiempo. Mucho tiempo. Tiempo en investigación para redactar los apuntes de clases, tiempo para estructurar y editar los contenidos, tiempo para crear las evaluaciones, suma y sigue; el que no se ve recompensado monetariamente a través de los ingresos que genera un video en YouTube, por lo que si quiere inscribirse en un MOOC de calidad, hay que pagar, o bien se ofrece gratis obteniendo financiamiento de universidades, fundaciones, concursos y otras instituciones. El precio varía dependiendo de la plataforma, extensión y complejidad del curso, entre otros factores.
  3. Porque el esfuerzo de terminar un curso masivo se valora, generalmente, a través de la entrega un certificado digital de participación, lo que no se obtiene en YouTube por ver clases, ni tampoco por haber llegado a la última página de un libro. Tampoco es que el certificado tenga un valor descomunal, como quien se inscribe en un curso presencial de una universidad acreditada, donde hay que realizar evaluaciones en tiempo real con vigilancia y demás protocolos, sino más bien es una forma de demostrar, como dije antes, participación, y a eso agreguemos cierta cuota de entendimiento de lo explicado debido a la resolución de las evaluaciones que contienen; básicamente, la clase de significado que tiene un certificado obtenido al hacer un curso de actualización en una universidad o el haber asistido en un seminario de cualquier índole, muchos de los cuales solo requieren la mera presencia y participación del estudiante.

Un MOOC es tan fácil de transportar como un libro digital. Solo se inscribe y puede tener acceso a través de su celular, tablet o computador y ver las clases cuantas veces quiera en todo tiempo y lugar, al igual que ir respondiendo los cuestionarios, ensayos y otras actividades que contemple.

Tal como lo dice su nombre, estos cursos virtuales son masivos, normalmente no tienen pre requisitos, cualquiera se puede inscribir y aprender del tema que quiera. Es como estar paseando por la Antigua Grecia y de repente uno se encuentra con un filósofo, un matemático o un sacerdote, con decenas de personas escuchándolo a su alrededor. Simplemente usted se acerca y presta atención.

Muchos cursos masivos son incluso gratis e impartidos por profesionales y universidades de renombre, como los que se pueden encontrar en plataformas como edX, Coursera o FutureLearn, en los que solo se paga si quiere obtener un certificado. ¿Vale la pena pagar por él? Incluso si no busca hacer un curso para enriquecer su currículum, o algo por el estilo, mi recomendación es que sí. En la mayoría de estos cursos gratuitos impartidos por universidades, lo único gratis son las clases, pero el acceso a las actividades está disponible solo para quienes pagan para obtener un certificado. Por otro lado, es una forma de mostrar deferencia por el trabajo que está detrás, y de paso contribuir a que estos cursos sigan existiendo.

En Patagonia Freewill, por medio del sello PFW Publishing, hemos incursionado en esta tecnología para ofrecer conocimientos de alta calidad en un formato distinto a un libro, pero que cumple un objetivo similar, aunque mucho más interactivo: informar sin barreras. Los resultados han sido excelentes. Por esta razón, estamos preparando, para la temporada 2022-2023, un catálogo de cursos masivos, tanto en español como en inglés, a la altura de nuestra principal misión: la divulgación de las ciencias y humanidades con un alcance global.

Todos los futuros cursos virtuales de PFW serán impartidos a través de la plataforma Udemy Inc., y puede inscribirse en ellos pagando un precio tan bajo como la cantidad de dinero que desembolsa por comprar un buen libro, con tarifas que se mueven generalmente entre los 100 y 10 dólares americanos.

*"Creo que el futuro del aprendizaje y la educación es el internet. Las personas pueden responder de vuelta e interactuar. En cierta medida, el internet nos conecta a todos como las neuronas en un enorme cerebro. Y con tal coeficiente intelectual, ¿dónde quedarían los límites de nuestra capacidad?"

Stephen W. Hawking

por Diego S. Díaz 
Escritor
Abogado
Fundador de PFW